lunes, 10 de septiembre de 2007

Marmorato

Efemerides Deportivas
Hace 50 años, Marmorato se hace cargo de la dirección técnica de las divisiones infantiles del club “Alas Balcarceñas”.

Dado lo escueto de la efeméride, aprovecharemos el espacio para describir al protagonista de la misma. El Negro Marmorato es un personaje entrañable. Cómo delata su apodo, es morocho y posee además una fuerza formidable. Hijo de bicicletero, hermano de bicicletero y nieto de bicicletero, Marmorato es bicicletero, aunque también se da maña para reparar cualquier ingenio mecánico.

Para arreglar las bicicletas, solía ponerlas ruedas para arriba, apoyándolas con el manubrio y el asiento en el piso. Esta técnica es habitual en los reparadores de biciclos, pero Mamorato la aplicaba también para otros casos. Por ejemplo, solía poner su moto Panther de 500 Kg. patas para arriba para repararla y también hacía lo mismo con su ratón alemán, que quedaba muy simpático puesto en decúbito dorsal. Además, así cómo daba vuelta una bicicleta o el ratón alemán, también lo hacía con un Valiant o con un Mercedes 1114.

El Negro frecuentaba el “Club Alas Balcarceñas”, del cual es socio fundador y protagonista de muchas de las innumerables anécdotas que allí acontecieron. En una ocasión, este club organizó un torneo de pesca en el arroyo “El Pantanoso”, que instituía premios tanto al bagre más grande como al bagre más chico. Marmorato ni arrimó con el primero de los premios, que quedó en manos del “Chuleta” Martínez, quien se presentó ante el jurado con su hermana Susana: un espécimen indiscutidamente grande e indiscutidamente bagre. El Negro luchó durante toda la jornada por el premio al bagre más chico; galardón que finalmente obtuvo con un “bagre sin cola” (especie no catalogada hasta ese momento). Si bien los conocimientos de Marmorato sobre biología acuática no eran muy sólidos, no tuvo inconvenientes es convencer al jurado que al pescadito por él descubierto le correspondía sin duda la categoría de bagre, obteniendo así su merecido premio: 3 botellas de vino “El Zaragozano” y 20 fichas de metegol.

Hombre de espíritu inquieto, el Negro Marmorato solía experimentar con lo que tenía a mano. Farias, el hábil cantinero del “Alas Balcarceñas”, se la pasaba alejando vasos, platos y palitos salados del alcance de Marmorato. Pero él prefería las bicicletas, y con ellas experimentaba. Así, fue el primero en construir, en la hermosa ciudad de Balcarce, una bicicleta tandem en línea y otra tandem vertical. También desarrolló una bicicleta plegable sin bisagras; la misma estaba íntegramente construida con hierros del 12. El Negro simplemente la doblaba en cuatro como un pañuelo para transportarla en su ratón alemán y una vez en destino la desplegaba, la enderezaba cuidadosamente sobre sus rodillas y quedaba lista para rodar.

Marmorato tiene tanto de fuerte como de bueno. Siendo durante décadas el entrenador de las inferiores del club “Alas Balcarceñas”, me animo a decir que no hubo tipo más querido por los pibes del barrio. Daba gusto verlo y da gusto recordar el equipo completo de baby con la hinchada y todo, viajar en su Valiant rumbo al partido del día.

Va este recuerdo para un gran tipo que hizo todo por nada, pero a quien le dieron todo lo que tenían. Dicen que una sonrisa puede producir milagros; entonces, posiblemente las carcajadas de esos niños felices que siempre lo rodeamos, son el origen y el alimento de esa fuerza descomunal del Negro Marmorato.

Enrike 2007

3 comentarios:

Unknown dijo...

Lejos de poseer tu prosa, aprovecho la oportunidad querido hermano, para felicitarte por esta hermosa semblanza del "Negro", de cuya fuerza y bondad soy testigo.
Un abrazo !!!!

avelino.com dijo...

Muy interesante semblanza sobre este personaje tan particular como común a las ciudades medianas o pequeñas. Me trajo recuerdos de mi propia infancia y me he alegrado mucho de que hayas retomado la literatura. Lo hacés muy bien y sería un desperdicio que no le dediques parte de tu tiempo.
Un abrazo Avelino.

Enrique Spinelli dijo...

Gracias Avelino. Abrazo gigante!!!