jueves, 23 de octubre de 2008

Entrevista a Alcoyana

Sección Literaria
Entrevista al Poeta Alcoyana.

Volvimos a la bellísima ciudad de Balcarce, esta vez para entrevistar al turco Alcoyana, un importante poeta balcarceño. Concertamos la entrevista en un bar céntrico. Alcoyana llegó puntual, saludó, pidió un café que bebió en silencio de a cortos sorbos, mirando la hermosa Plaza Libertad a través de la ventana. Mientras, mi mente trabajaba frenéticamente intentando entender la situación. -Seguramente está creando algún poema; no sé si molestarlo para ingresarlo a mi entrevista o simplemente huir. Finalmente intento comenzar el diálogo. Creo que valió la pena.

¿Otro café Alcoyana?
No, sigamos con el mismo que está rico.

¿Es así con todo Alcoyana? Tengo entendido que es medio picaflor, es decir de cambiar.
Está totalmente equivocado. A mí siempre me gusta la misma mujer y jamás cambiaría. Estaría toda mi vida con la misma mujer, pero sucede que las mujeres cambian y mis gustos son siempre los mismos. Cualquiera sabe que la novia de los primeros meses difiere significativamente de la esposa con 10 años de casados, pero bueno, este es un ejemplo extremo para que usted entienda.

Como le decía, yo trato de estar siempre con la misma mujer. A veces la encuentro, pero luego de un tiempo la dama cambia y comienzo a buscarla en otras mujeres. Mi búsqueda es tan incesante como inexorable es el cambio en las mujeres.

¿Ha sido usted infiel?
Jamás. Recién intenté explicarle, yo siempre he estado con la misma mujer, a la cual he encontrado en distintos cuerpos. Si me interesa conocer a cada una de las mujeres. Por ejemplo, mirá la moza, mirá la sonrisa que tiene esa mujer. En realidad me desespero por conocerla, por saber que piensa, que le gusta, como fue su infancia, sus sueños, es decir todo aquello que bien revuelto llegó a producir esa sonrisa. Pero claro, estos deseos son muy difíciles de cumplir. Si la abordara, ella pensaría que otras son mis intenciones y podrían ocurrir dos cosas: que me eche a patadas o que, convencida que mis intenciones son otras, me invite a su casa. En ninguno de estos casos podré conocerla realmente. Eso no es del todo malo.

Sigamos hablando de mujeres, ¿Qué opinión tiene de las mujeres balcarceñas?
La mejor. Usted lo ve, las balcarceñas son bellas más allá de su belleza. Mire la moza, sus gestos la hacen bella por completo. Un forastero sólo diría que es gorda.

¿Las balcarceñas son fieles?
Son mucho mejor que eso: son sinceras.

¿Cuál es su bebida favorita, el mate o el vino?
Bueno, son dos cosas muy distintas, el mate más que una bebida es una ceremonia. El mate es una comunión entre pares. Jamás compartiría un mate con alguien que desprecio y menos aun le cebaría. El mate es horizontal. Por otra parte, el vino, si bien es muy grato compartirlo con amigos es más íntimo. El vino que me inunda es más mío, es como más personal.

Pienso que cada uno tiene también sus lugares, por ejemplo no creo que tome mate en el “Alas Balcarceñas” ¿No?.
Todo lo contrario, en el Alas si se tomaba mate. Sepa usted que esto es realmente extraño para estas instituciones. En general, con el único fin de generar consumiciones, prohíben la tradicional infusión para que los parroquianos consuman bebidas y generen gastos. El mate del Alas se solventaba con algún que otro paquete de yerba que había que conseguir. Además, como usted sabe, allí no existía el dinero así que no había gasto que incrementar.

Usted dijo que en el Alas se “tomaba” mate, ¿Esto ha cambiado?
Por favor, no me haga hablar de eso. El “Alas Balcarceñas” ya no es el “Alas Balcarceñas”, hasta lo han alquilado al “River”. Hace largo tiempo que no piso el lugar, ni la vereda, ni la cuadra.

Me cuesta creer que no vaya más al club al que tanto ama.
No lo crea, en mi dolor logré disociar al “Alas Balcarceñas” de su lugar físico. Con los muchachos logramos llevarnos el Alas con nosotros. Así, un día lo tenemos en la Plaza Libertad, otro día en la bicicletería de Marmorato o en la herrería del “Mago del Martillo”. Creamos una diáspora y nos levamos todos y cada uno de los recuerdos encima.

No se me caiga Alcoyana ¿Otro cafe?
Mejor vayamos al bar de Moschetto y se paga unos vinitos. ¿Cómo es su nombre muchacho?

Ernesto Patusso.
¿Es algo del Patusso que tenía una carnicería en la 7, que falleció hace poco?

Era mi tío. …No somos nada.
No diga eso. Somos bastante más que nada, somos un conjunto de esperanzas esperando la oportunidad y las ganas. Todos sabemos lo que queremos, aunque a veces cómo los niños nos quedamos esperando una sorpresa. Entonces vamos a buscar un imposible y nos instalamos en la plaza a ver si pasa algo: un evento que nos sacuda, que nos regale un objetivo. Ver una mujer que sabemos que ya no está en el pueblo, que ya no vive donde vivía y que posiblemente no nos recuerde o simplemente que caiga una piña del olmo, una señal.

Pero bien, si usted es medio cientificista tal vez le cierre más la postura de mi gran amigo el Dr. Ulises Garsú. El también sostiene que somos mucho más que nada, somos 60% de agua, sales, minerales, huesos, sangre, bilis, hígado, intestinos, fluidos varios….

Ay Alcoyana, me doy asco.
Disculpe, si sabía que era impresionable no le hacía una descripción tan detallada.

No, me doy asco porque mi tío me hizo un montón de favores y no fui al velorio. ¡Ni un gladiolo le mandé!
Bueno muchacho, no se ponga así. Ya pasó, el tio está muerto y usted está vivo. Tómese un trago y hablemos de otra cosa. Dígame, ¿Cómo se imagina la vida de la moza del café donde estuvimos? ¿Qué hace cuando llega a su casa, cuando ya no es moza sino Claudia?. Cuando vuelve a ser madre, hermana, amiga o vecina. Cuando se saca los zapatos y se prepara un mate. ¿o tomará té?.

Me interesa la idea. ¿Entonces usted sostiene que el trabajo divide la vida de la gente como una especie de esquizofrenia?
Me ha interpretado perfectamente. Exactamente eso pienso yo y por eso mismo me niego profundamente al trabajo, para que siempre encuentren al mismo Alcoyana.

Sabes pibe, existe una estación que se llama “Fin del día” que pertenece a un tren en el que viajan almaceneros, médicos y contadoras. En esa estación terminan su día laboral y vuelven a ser Pancho, Pepe y Susana. Un día encontré este portal, pero tenía unas cuantas copas encima y no podría precisarte el lugar.

¡Qué Lástima!, ¿Quiere decir que nunca más la pudo hallar?
No, he estado muchas veces más, pero siempre tan tomado como la primera y sin lápiz para anotar.

Por favor cuénteme Alcoyana ¿Qué ha visto allí?
Es muy emocionante. En el tren vienen almaceneros con ropa de almacenero, obreros con ropa de obrero y ejecutivas con ropa de ejecutiva que no se hablan entre sí. Llegan a la estación, se bajan todos y ahí ocurre la metamorfosis.

Se ven cosas maravillosas. Una ejecutiva de trajecito, se saca los zapatos, se suelta el pelo y se encuentra en la estación con su viejita que la espera con un bebé. La ejecutiva, de ahora en más Amalia, se sienta en el banquito ferroviario a amantar a su hijo.

También se ven cosas espantosas. Amables oficinistas que en cuanto se bajan, se vuelven Cacho y fajan a la mujer. Médicas abnegadas, que vueltas Marta no le dan bolilla a su familia. Pero lo más triste es ver aquellas personas que no cambian en la estación, que siguen siendo el doctor Fernández y la licenciada Almenabar. ¡Ojalá exista el cielo para ellos!

Desde que empezamos con el vino su charla se ha enriquecido significativamente. ¿Es cierto que su producción mejora cuanto más vino ha tomado?
Eso es un mito, pero pague por ver: pídase otras copitas. Mejor pídase un pingüino que ahí viene Marmorato. Pida dos por si viene el Mirlo.

Aprovecharé esta ocasión para obtener opinión de sus amigos ¿Qué opina usted Marmorato de Alcoyana?
No opino de Alcoyana porque es mi amigo y eso es el todo. Opino que su pregunta es verdaderamente agresiva.

Es emocionante observar la amistad que los hermana. Usted Alcoyana, ¿Qué opina de sus amigos?
Estimado muchacho, usted es en verdad un suicida. Ya lo ha hecho calentar a Marmorato y ahora va por más. Entienda que explicar lo inexplicable lo degrada. La mejor descripción que pueda yo hacer de mi amigo sería una grotesca caricatura. Puedo si, con la libertad de la poesía, esbozar ideas sobre cosas sublimes como la amistad o sobre cosas tan reales como el vino que se terminó.

Perdone Alcoyana ¿Otro vino?
Gracias pibe, déjenos pago un par de pingüinos más y seguimos en otro momento. Discúlpame, pero con mis amigos acabamos de encontrar de nuevo la estación “Fin del día” y está llegando la moza Claudia. Ha sido un gusto.

Enrike, 2008.

sábado, 14 de junio de 2008

Alcoyana Poesía

Alcoyana Poesía

Como todos saben, Alcoyana es uno de los mayores poetas balcarceños. Una característica propia de nuestro poeta es que su talento se potencia con la ingesta de vino, siendo éste uno de los motivos por los cuales se lo compara con Omar Khayyiam, el célebre poeta persa. Por esta razón, es habitual que los amantes de la poesía le paguen vueltas y vueltas al Turco para obtener cada vez mejor y mejor poesía. Lamentablemente, la calidad de la poesía no crece indefinidamente, sino que este proceso se detiene cuando Alcoyana cae desmayado. De todos modos, para cuando esto ocurre, el poeta ya ha producido excelentes versos. Por un lado, aun estando sobrio produce muy buena poesía y por otro, el Turco no se cae con dos copitas.

Alcoyana agradece tanto las copas como a su contenido, que le permite elevar su creatividad. Esto lo demuestra con claridad en su poema “Gracias San Vino” que aquí mismo se transcribe:

Gracias San Vino
por librarnos de las riendas del cerebro
y enriquecer la amistad.
Gracias San Vino
por atontar la hipocresía
y descascarar fachadas.
Gracias San Vino
por permitirnos el ridículo
y soltar la pasión.
Gracias San Vino
por justificarnos las locuras
y dejar conducir al amor.
Gracias San Vino
por acercarnos a los amigos
y descubrir almas.
Gracias …y no faltes nunca.

Alcoyana recibió el don del talento poético, pero solidario como pocos, lo comparte entre todos los necesitados de poesía, es decir con todo el mundo. En una ocasión, su amigo Chuleta Martinez le pidió si no podía prepararle un poema para que su esposa lo dejara ingresar de nuevo a su vivienda. Toda una tarde estuvo Alcoyana preparando la obra, para que fuera emotiva, efectiva, pero que al mismo tiempo pudiera parecer escrita por Chuleta, quien tiene fuertes limitaciones literarias. Luego de arduo trabajo resultó:

Quiero apenas rozarte
con una dulce melodía de amor.
pero solo se ladrar mis ideas.
si lo intentara, te trompearía a besos
o te empalagaría con cursis poemas.

Hoy, mi sentimiento supera a mi expresión.
A veces, la expresión choca con la idea,
una -o ambas- suelen quedar heridas.

Como quiero que te llegue puro e intacto,
no te daré un beso, ni un abrazo, ni una chuchería.
Espero que lo adviertas,
sino,
te llenaré de moretones, monigotes
y espantosos poemas de amor.

De más está contarles que el poema funcionó muy bien y esa noche Chuleta pudo abandonar el palomar para volver a pernoctar en su casa. Utilidades de la poesía.

Enrike 2008.

domingo, 27 de abril de 2008

Manifiesto por la Suciedad


En mayo de 1974, el flaco Sosa, instituido como cantinero del Club Alas Balcarceñas, intentó introducir la limpieza en el local, generando con esto graves desequilibrios en la institución. Sosa se pasaba todo el dia con un trapo rejilla meta limpiar y limpiar. Los muchachos andaban perdidos, porque con esto perdían valiosa información que ellos preservaban codificada en la noble mugre del Alas.

En el mostrador siempre había marcas de vasos apoyados. Marmorato dejaba una marca en forma de un círculo exacto, pues, con precisión bicicletera, apoyaba una y otra vez el vaso en la misma posición. Por otra parte, Soguita, portador de un pulso menos firme, dejaba una marca borrosa e irregular. Así, cualquiera que llegara, con sólo observar el mostrador ya sabía quien había estado y mucho más. Por ejemplo, si Marmorato agregaba una medialuna a la derecha de su círculo perfecto, significaba que iba a regresar a la nochecita. Si Soguita dejaba varias marcas en línea significaba que no iba a aparecer por varios días, seguramente por alguna deuda quinielera. Si el Mirlo dejaba dos marcas significaba que volvía a tomarse otra copa. Si dejaba una sola era un error, porque siempre volvía a tomarse otra copa.

Digamos que así como algunos pueden predecir el futuro a través de la borra del café o del inodoro, los colombófilos eran expertos leyendo la suciedad. Pero Sosa estaba empeñado en instaurar la limpieza extrema, desterrando, entre otras sublimes cosas, el uso de este complejo código. A cambio, ofrecía a los muchachos absurdos anotadores y hasta ridículas pizarras: Sosa no sabía con quienes trataba. Los muchachos del Alas son insobornables porque no tienen ambición: tienen todo lo que necesitan y lucen felices. Son la diversidad, pero al mismo tiempo el uno. Además, nada los moviliza más que un adversario a su medida.

Sosa se aprovechó de una mañana de domingo para valdear todo el club y limpiar desde los vasos hasta el metegol! Cuando llegaron los muchachos por la tarde, desconocían el lugar. El olor a lavandina, la falta de polvo y de grasa les irritaba el alma. El turco Alcoyana fue presuroso al rincón derecho donde por décadas dejó en el piso sus anotaciones con poemas inconclusos. No encontró allí más que limpieza y allí mismo se quedó sollozando como un niño en penitencia. Por un fatal instante sus poemas fueron confundidos con papeles roñosos y transformados en nada. Marmorato lo contiene en un abrazo y por sobre el hombro del Turco grita a Sosa:

-¡Mire lo que ha hecho, ha destruido la cultura del club! ¡Usted hubiera tirado la piedra Rosseta porque estaba sucia y cachada!

-Bueno Marmorato, puede ser que haya cometido un error con los poemas, pero otras cosas son incuestionables. Por ejemplo, aun había vino seco sobre la mesita de truco desde el día que usted rompió la pata hace dos años, cuando apoyó el ancho de espada ganando “vale cuatro” y partido!

Marmorato clavó la vista en el cantinero y luego la dirigió lentamente hacia la mesita comprobando que su huella ya no estaba. Arrastrando los pies se dirigió al rincón para llorar con su amigo Alcoyana. En ese momento ingresó el Mirlo.

-Amigo cantinero, como puede ser que haya atacado de esta manera los recuerdos de esta gente. ¡Que somos sin nuestros recuerdos! Si sólo fuera lo que hice hoy sería nada. Si sólo fuera lo que seré también, porque sería la misma nada si no pudiera acumular recuerdos. Usted bien sabe que cero mas cero es cero. Por lo que fui es que tengo estos amigos que me respetan por nuestras innumerables y justas hazañas. Al terminar esta frase el Mirlo casi inconscientemente lleva la mirada hacia la pared lateral que está totalmente limpia. Algo que él allí atesoraba ha sido devorado por la insaciable limpieza. Desencajado, ataca nuevamente al cantinero:

-Dígame Sosa, que ha hecho con la silueta que estaba grabada en esa, en “esa” pared. -Cuestiona el Mirlo apuntando con el dedo y con su voz algo quebrada.

-Si, bien que me costó sacar esa mancha de grasa!

-Eso, a lo que usted llama “mancha de grasa” era la evocación permanente del día que apareció uno de “El Riojano”. Nunca supimos a que vino, pero al tipo se le ocurrió pedir un coñac. Instantáneamente Farias, que entonces era el cantinero, y yo le asestamos sendas empanadas en el rostro desde una distancia de 5.27 metros. Las empanadas eran algo ricas en grasas y por eso la silueta del agresor quedó fielmente dibujada en la pared, en “esa” pared. Cuenta el Mirlo, ya llorando.

En el rostro de Sosa comienza a brotar la duda. –Discúlpeme Mirlo, pero ¿cómo podría yo saber que esa mancha de grasa escondía esta historia? Además, aprovecho esta conversación para criticarles esa actitud vuestra para con los extraños. No se dan cuenta que así como no viene gente extraña aquí, tampoco pueden ustedes ir a ningún otro club?

–No lo necesitamos. Además, el problema no es que fuera de “El Riojano”, a quienes respetamos; sino sus modos. Venir aquí a pedir un coñac, mostró claramente sus intenciones bélicas. -Alcanzó a decir el Mirlo antes que quebrarse de nuevo en llanto junto a sus amigos.

- ¡Cómo se la dimos a ese roñoso! Rememora Marmorato desde el rincón.

-Ve Marmorato, -aprovecha Sosa- usted mismo está asignando un carácter despectivo a la suciedad.

-Escúcheme Señor Limpieza, no va a comparar los hermosos poemas del Turco a la mugre muda de ese forastero! ¿Qué diferencia a un papel roñoso de un poema de Alcoyana? Pues Alcoyana mismo; si usted no aprecia la poesía de mi amigo, no notará la diferencia.

-No es así, aprecio profundamente la poesía de Alcoyana, pero no queda prolijo dejar esos papeles sucios tirados, por eso le compré este hermoso cuaderno Gloria.

-¡Pero mi amigo! ¡Eso es como ponerle una pollerita de baile al Mirlo!, es imposible que Alcoyana escriba algo sobre papel blanco. Se bloquea, no escuchó hablar del “pánico a la hoja en blanco”. ¡Déme ese cuadernito! Gritó el Negro y con furia refregó una rodaja de salamín por todas las hojas para finalmente entregarle el cuadernito a Alcoyana que no paraba de llorar.

El cuadro era verdaderamente desolador. ¡Nada más espantoso que ver hombres tan duros llorando en un rincón! La duda maduró en Sosa que ofreció un trato justo:

Se estipuló una línea divisoria a partir de la mitad del mostrador que quedo como territorio compartido. A partir de allí Sosa tenía domino total de la cocina, medio mostrador y todos los espacios por detrás de éste. Los muchachos conservaron sus espacios y rápidamente comenzaron a generar nuevos recuerdos, es decir una cuidada suciedad.

Cómo habrán sospechado, el llanto colombófilo fue toda una actuación. Los muchachos son malísimos con los malos y buenísimos con los buenos. Capaces de sacarles el sánguche al más guapo de la fiesta para dárselo a un cuzquito abandonado. Los muchachos pueden ser más duros que el más duro, pero sabían que Sosa además de guapo es firme y tozudo y que por ahí la cosa no iba a andar. También sabían que es muy buen tipo y por eso le buscaron por abajo.

Como marcando un hito con esta lucha y victoria intelectual, los muchachos ordenaron sus ideas y prepararon un manifiesto que se transcribe aquí en forma textual:

Nosotros,El turco Alcoyana, Soguita, Marmorato, Chuleta, el Mirlo y todos aquellos que quieran firmar,

Con el objeto,
De terminar con el ataque constante de la limpieza sobre nuestros recuerdos y costumbres, buscando mantener nuestro propio hábitat como muestra permanente de nuestras historias,
Manifestamos:Es importante tomar conciencia que la limpieza debe ser erradicada de nuestras vidas por tratarse de un ente nefasto que ataca los rastros de nuestro paso por este mundo cambiante.

La suciedad admite infinitos matices y por eso permite almacenar información: la mancha del culo del vaso en la mesa, el dibujo sobre la pared, etc, etc.. Las cosas sucias son un álbum de recuerdos para aquellos que las sabemos leer.

La limpieza es mala. De aquí deviene esa obsesión de los asesinos por "limpiar la escena del crimen": la limpieza no muestra más que limpieza, mientras que si hubiera manchas de sangre, arrastrones, etc. sería posible reconstruir lo que pasó y determinar el autor del crimen. La limpieza es criminal.

La limpieza es única, por lo tanto inhibe la originalidad y la individualidad.

La limpieza es “la nada”, es el cero.

La limpieza es demasiado efímera. Apenas se termina de limpiar, todo comienza a ensuciarse.
AlertamosQue es importante aclarar la diferencia entre la mugre que funciona como álbum de recuerdos y aquella que es sólo mugre.

Que esta diferencia es imposible de detectar sin la posibilidad de incurrir en un error y dado que uno sólo de estos errores puede tener consecuencias tan catastróficas como la destrucción de un recuerdo,
Recomendamos,no eliminar suciedad alguna,

E invitamos
A todos aquellos que lo deseen, a que hagan suyo este Manifiesto.


Este manifiesto está desde entonces, pulcramente enmarcado colgado en la pared derecha del club. Muchos se aprovechan de este manifiesto y de las claras ideas de estos vanguardistas para su propio beneficio. No es el caso de quien relata esta historia, que suscribe a estas ideas con convicción. Algunos dicen que soy un mugriento y un abandonado. También hay quienes entienden.


Enrike 2008.



Un tema de un grosso sobre el mismo tema, es decir un tema del tema. Siguiendo con el tema... "Elogio de la Mugre" por Pablo Matias Vidal:

sábado, 26 de abril de 2008

Canción de cuna para adultos


Muchos adultos se vuelven niños y es normal, pero es muy triste ver niños que se vuelven adultos.

Los que se quedaron en Balcarce, se quedaron completos con su "kit" de infancia y eso los ayuda a mantenerse niños por más tiempo. Se pueden encontrar con los juegos de la Plaza Guemes, con el balancín de la Plaza de la Cruz, con el dinosaurio de El Cruce y hasta se cruzan a menudo con algunos tipos que se parecen mucho a sus amigos de la escuela.

Los que emigraron, sólo se llevan recuerdos y los recuerdos mutan. Si estamos bien son maravillosos y nos ponen mejor aun; pero si andamos mal, se vuelven verdaderamente tristes: los juegos no funcionan, el pasto está crecido y nos pincharon la pelota con la lezna.

Aquellos que se alejaron del pueblo y de sus aguas vigorizantes, están más expuestos a la angustia. Esto, entre otras cosas, los vuelve presa fácil del insomnio y por eso el turco Alcoyana preparó para ellos "Canción de cuna para adultos". Transcribimos aquí algunos párrafos de esta obra:

Duerme viejito, duérmete ya,
aquello que has hecho,
hecho ya está.

Las frustraciones vienen y van,
si estás desvelado,
se quedarán.

Duerme viejito, duérmete ya,
hiciste lo que pudiste
podés descansar.

Este intuitivo trovador sugirió, con la idea de su “canción de cuna para adultos”, una conexión del principio de la vida con su fin. Esto disparó en el gran investigador balcarceño Ulises Garsú, su obsesión por un tema de investigación que le ha llevado toda su vida. Como él bien describió: -La investigación de mi vida es mi vida, el experimento es mi transcurrir y el laboratorio mis lugares. He obtenido buenos resultados, a los cuales denomino “momentos felices” y otros que formaron parte de mi aprendizaje. Nunca obtuve malos resultados ni resultados fallidos.

El tema es la vida. Mientras que muchos apenas viven, el Dr Garsú vive, disfruta, analiza, escribe y explica, para nosotros, para nuestra posteridad y para todos aquellos que lo sobrevivan a quienes pueda ayudar.

Garsú sostiene que la vida es una espiral y que en el camino muchas veces pasamos muy cerca de donde estuvimos. A los bebés les cuesta dormir y a los viejos también. Los primeros usan pañales, los últimos también. Un déjà vu no es otra cosa que espiar en la vuelta de al lado.

Si tuvimos un gran amor, lo vamos a volver a encontrar, pero claro, tanto ella como el amor tendrán unos 20 o 30 años encima. A la inquietante compañerita de la secundaria, la encontraremos en esta vuelta como una cuarentona de mal genio, pero como cada punto se parece a su homólogo; así como no nos prestó atención en la primera tampoco lo hará en la segunda vuelta.

No es justo, pero sólo podemos esperar pequeños cambios en cada giro. Las bifurcaciones son muy escasas y por eso es importante empezar bien: generemos infancias felices si queremos adultos alegres y viejos plenos.

A esta conclusión llego Garsú desde el más férreo positivismo y acuerda con la psicología. Hagámosle caso.

Enrike 2008

viernes, 4 de enero de 2008

El Mago del Martillo


En las inmediaciones del club "Sportivo Balcarce" se encuentra la herrería artística "El Mago del Martillo". Su dueño, Don Gavilán, es verdaderamente un artista y un mago con el martillo, al cual maneja con precisión de cincel. Habitúan este establecimiento personajes varios como el Chuleta Martinez y el Turco Alcoyana; individuos que usufructúan de la charla amena del Mago, así también como de su yerba secada al sol.

Gavilán es capaz de engendrar cualquier elemento férreo valiéndose sólo de fragua, hierro y martillo. Una calurosa mañana balcarceña, el Mago del Martillo estaba en plena faena: sostenía un perfil con el pie, martillaba con la derecha y soldaba con la zurda mientras sostenía la pieza en posición con los dientes. Mientras tanto, Alcoyana intentaba conseguir el más fino hilo de agua visto jamás, para acertarle al mate alejando cada vez más la pava del blanco. De este modo -sostiene Alcoyana- en el camino al reservorio, el agua toma de la esencia del lugar y por ello es importante incrementar este intercambio.

Gavilán, un poco molesto por la asimetría de las actividades, le espeta: -Escúcheme Alcoyana, ¿Cómo puede ser que usted esté siempre perdiendo el tiempo? - Mire -contesta Alcoyana- puede ser que yo pierda el tiempo, pero me parece que aquí nadie lo encuentra. Sin cortar el fino chorrito lo ultimó: -Además, amigo Gavilán, voy a revelarle un secreto: el tiempo murió.

-Puta madre Alcoyana, déme un mate que me electrolicé la lengua con la eléctrica. Puagfhhh! este mate es un asco, no ve que tirando el agua así se lava!!!.

-Permítame disentir en esto Gavilán; el sabor de la infusión no se debe a la técnica utilizada sino a que esta yerba tiene más de una semana de uso; su estado es inexorablemente tenue. Ahora, volviendo a sus dichos previos, advierto en ellos una contradicción, o tal vez -con un poco más de suerte- una paradoja: Usted dice que yo pierdo el tiempo, pero a mi me sobra; mientras que usted, que declara aprovecharlo, jamás tiene un minuto. Siéntese tranquilo Gavilán, vamos a tomar unos mates a ver que asalta nuestra mente.

-Gracias Turco, pero tengo que entregar 14 rejas para mañana y recién voy por la segunda.

-Es una lástima Gavilán que el tiempo no se pueda transferir. A mi me sobra, pero aunque se pudiera, jamás le cedería ni un poco para que confeccione esas rejas. Gustoso si le daría todo el que poseo para que termine la escultura de los angelitos, para la cual Ud. nunca tiene tiempo.

El Mago se quedó un instante pensando en silencio y arrancó: -Tiene razón Alcoyana, tome, compre un paquete de yerba 0 Km que yo hoy me voy a dedicar a terminar los angelitos.

-Vamos todavía, vuelve el Mago del Martillo!!! No sabe la alegría que me dá. Yo, que lo he visto con un cacho de fierro mudo, bigornia y martillo engendrar cosas sublimes como "Diosa terrenal", "Mariposa Boreal" y "Calesita de la Plaza Guemes", me revuelve el estómago verlo fabricar estas absurdas rejas.

A lo largo de ese día Gavilán termina "Los Angelitos". La obra resultó verdaderamente bella y conmovedora, pero tanto el Mago como Alcoyana se quedaron como vacíos, contemplando la obra terminada luego de tanto tiempo en proceso. "Los Angelitos" eran eternos hasta que el Mago los terminó. La vida de la obra era el mientras tanto, el inconcluso, la incertidumbre del estado final. Hoy ya es lo que será, y no queda lugar para la imaginación. El artista no se permitió esta pérdida y sin dudar, con fragua y martillo convirtió a los angelitos en un cúmulo de hierro con posibilidad de ser todo o ser nada: con posibilidad de ser.

A partir de este día, los muchachos prometieron no terminar nada de lo que empiezan. Muchas veces deben soportar agobiantes presiones de sus mujeres y clientes, pero estoicamente cumplen con esta promesa.

Enrike 2008.