lunes, 30 de noviembre de 2015

Arenga Alcoyana

El filósofo Alcoyana advirtió que nos estábamos viniendo a pique. Llenó cada vaso de ginebra y se dispuso a zamarrearnos intelectualmente: ¿Qué nos está pasando muchachos? Nos quedamos acá, muy divertidos recordando viejas anécdotas y cagándonos de risa. Encima se los ve contentos, ¡si serán pelotudos amigos!

Ya no se si fueron tan divertidas o las sobrevaloramos, las cuidamos tanto que las vamos mejorando con el tiempo. Esto es muy triste, estamos viviendo de anécdotas a plazo fijo. Dejémonos de joder, nuestras nuevas anécdotas serán “Cómo nos divertimos recordando viejas anécdotas” ¡Por Dió muchachos, salgamos a patear tachos de basura! ¡Entremos al Club El Riojano y pidamos un Tia María! ¡Emborrachemos las palomas mensajeras! ¡Vamos amigos! ¡Caguemos más alto que el culo (fijemos objetivos que excedan nuestras posibilidades)! Siempre lo hicimos así y nos fue bien. No seamos cagones.

Está bueno encontrarte en situaciones que te superan. No sabés como hiciste para llegar allí pero ahí estás, abrieron el telón y estás en una sala llena de gente, estás cenando con una mina genial, te dieron el micrófono en la fiesta y la gente se calla para escucharte, estás en la puerta del área con pelota dominada y toda la tribuna grita ¡Alcoyana! ¡Alcoyana! Estás emocionado, el corazón te explota, te sudan hasta los ojos. De repente -es un instante- te salís del cuerpo y te ves desde afuera, te ves como vos te ves, como vos te crees: chiquitito, mínimo, te abatatás. En ese momento querés ser mejor, más joven, más inteligente, haber entrenado más duro, tenerla más grande, haber leído más. Mirás para arriba, para todos lados, esperando el milagro… pero el milagro no llega y no hay más tiempo... Te querés despertar, pero estás despierto. Volvés y apechugás, huís para adelante y hacés lo mejor que podés con lo que hay, con lo que sos. Así llegamos hasta aquí, viejos, sin nada, con cicatrices, pero con un montón de historias escritas y por venir: con vida. ¡Vamos los pibes!


Enrique Spinelli, 2015.