lunes, 6 de febrero de 2012

Una mujer en Balcarce

En abril del 70 había sólo una mujer en Balcarce. Nunca se supo con claridad las causas de esta catástrofe, pero seguramente tuvo que ver con la oferta laboral de las procesadoras de pescado de Mar del Plata, la falta de alguna cosa o la abundancia de alguna otra. El asunto es que en todo el pueblo había una única mujer.

Era la más linda, la más simpática, la más inteligente, la más sensual. Era única e incomparable. Se llamaba Elvira, todos la amábamos y ella lo sabía.

Podía elegir a quien quisiera, pero en todo Balcarce no existía el hombre que ella buscaba. Debía ser brillantemente inteligente y deportista destacado; canchero, lindo y fiel; tener muchos amigos pero estar siempre con ella; debía ser poeta y vigoroso; padre responsable y aventurero; un tipo sensible que se llevara el mundo por delante.

Estaba claro que la pareja para Elvira no existía; por eso la compuso con varios hombres. El Doctor Garsú componía el inteligente, Alcoyana el poeta, Romualdo el sensible y así, con varios más armaron el hombre de Elvira, quien disponía de ellos a su antojo.

De todos modos, Elvira nunca se sintió conforme, y luego de un tiempo se dio cuenta que su pareja debía también incluir alguna mujer. Esto no fue posible, y un domingo de mayo se fue del pueblo insatisfecha.

Enrike 2012.