jueves, 26 de enero de 2012

Presente continuo

En el club Alas Balcarceñas se vive en un presente continuo o, según los otros, en un pasado continuo. Como ya se ha dicho: en el Alas, el futuro ya pasó.

Acorde con esto, las acciones de los muchachos sólo pueden describirse correctamente en presente continuo. Los muchachos están tomando un vino. Los muchachos están jugando al truco. Alcoyana está pensando. Si Alcoyana pensó, no nos importa, sólo nos interesa las consecuencias que esto tiene en nuestro continuo presente, que seguramente se están manifestando en lo que Alcoyana está pensando. Por eso mismo sí valoramos los recuerdos. Este simple detalle es toda una filosofía de vida que nos lleva a vivir en presente continuo o, siempre que se pueda, en presente fuerte, que consiste en las sorpresas. Estas gratas situaciones no fueron programadas, es decir no tienen conexión con el futuro, ni pueden predecirse a partir de la información disponible, es decir tampoco tienen que ver con el pasado.

Como dice el Turco: “No hay que vivir de recuerdos, hay que vivir para producirlos”. Es decir, hay que vivir intensamente de modo que las anécdotas y los recuerdos ocurran. Tampoco hay que andar a lo loco, jugando al ring-raje y gritando en la calle, sólo para generar anécdotas.

Los muchachos la tienen clara, pero siempre aparece un ajeno que no entiende: 

-¿Van a hacer un asadito?

-Disculpe Don, pero no entendemos su pregunta.

-Veo que están prendiendo el fuego, por eso les pregunto si van a hacer un asadito.

-Marmorato ya lo miró fiero y con el fondito de calma que le quedaba le repitió: -No entendemos su pregunta.

El tipo algo asustado intentó: -¿Qué están haciendo?

-Ah!, estamos prendiendo el fuego, estamos charlando, estamos tomando un vino y estamos siendo molestados por un pelotudo.

-Disculpe Marmorato, sólo quiero saber si está aquí el poeta Alcoyana.

-No está. Está asistiendo estratégicamente al Mirlo, quien está corriendo corderos pasando el cruce.

-No sabe a qué hora vendrá?

Eso fue el baldazo que rebalsó la tacita de café. No querrán saber lo sucedido.

Enrike 2012.

No hay comentarios: