Alcoyana habla de mujeres
Como todos saben, el Turco Alcoyana es el más prestigioso y prolífico filósofo balcarceño. Su fama ha traspasado las fronteras de la ciudad, pero no así él, quien es muy reacio a salir de Balcarce. El Turco es frecuentemente entrevistado por distintos medios, que se acercan a él para obtener su opinión atemporal sobre distintos temas, desde los más sublimes y humanos hasta los económicos. Transcribiremos aquí una más de las entrevistas al pensador balcarceño. En este caso se trata de una nota realizada para la revista femenina “Recontramujer”
Buenas tardes, Alcoyana. Estoy preparando una nota sobre la mujer balcarceña y todos los caminos me conducen hacia usted.
Viéndola a Usted llegar no me arrepiento en absoluto de haber dado todo lo que tengo para dibujar el camino que la ha conducido.
Usted es un todo un seductor ¿A mi, … que me daría?
Le daría mi corazón, pero ya me lo ha roto. Me quedan buenos los riñones.
¿Cómo hace para decir siempre lo que una mujer quiere escuchar?
Es un concepto muy simple que se denomina “resonancia de ideas”. Uno puede escuchar o leer muchas cosas, pero cuando de repente encontramos algo que coincide con lo que nosotros pensamos, muchas veces expresado más claro que nuestra propia representación; estallamos de alegría. Esto se produce porque nos asombramos de lo fácil que nos resultó entender esa idea o ese concepto. En realidad es así porque ya era nuestro, aunque débil y subliminalmente.
Así, si le digo “linda” a Usted, que es una verdadera preciosura, o a la hermana del Chuleta, que se cree bella; va a funcionar. Por el contrario, si se lo digo a la hermosa Noemí, que se quiere menos que el alambre de púa, la perturbaría y lo tomaría muy mal.
Alcoyana, sabemos que no cobra por las entrevistas. De todos modos le aviso que el productor ya depositó 3 cajas de vino en el Alas Balcarceñas.
Muchas Gracias, usted es hermosamente generosa.
¿Alguna vez aceptó un regalo importante de una dama?
Si, en una oportunidad una admiradora me obsequió una tirada de 1000 ejemplares de “Canción de cuna para adultos”.
¿Qué suceso tuvo?
Bueno, ya le dije, los 1000 ejemplares se editaron pero se tiraron todos; creo que en el basurero municipal. Jamás dejaría un poema mío en una librería, lugar donde la gente va a buscar poemas. Si alguien se encontró con un poema que fue tirado a la basura es algo especial, es decir se encontraron y por alguna razón cósmica ocurrió así; ese poema era para esa persona.
Un aberrante contra-ejemplo de esto es la publicidad, donde nos presentan que una infinidad de productos son apropiados para cualquier persona del mundo. Paso a desnudar esta falacia por el absurdo.
Supongamos por un instante que existe un producto que es bueno para cualquier persona del universo. Este producto será útil y/o atractivo para el usurero balcarceño Pedro T. Garchau; quien, lamentablemente, es una persona del universo. Nada que pueda agradarle a este individuo puede gustarme a mi, Alcoyana: otra persona de este universo. Si a esto le agregamos que la publicidad además esconde malas intenciones, podemos concluir que la misma es falaz y peor aun; puede llevarnos a tomar malas decisiones. Que le vendan esos ridículos masajeadores eléctricos a los de traje. Yo prefiero a la Vasca!
Alcoyana, no se vaya de tema y hábleme de mujeres. ¿Conoció a Olga?
Si, la conocí. Tuve esa suerte y esa desgracia; tuve esa alegría y esa tristeza.
Me parece, ¿o era algo complicada?
Olga no era complicada sino compleja, que no es lo mismo. Era la complejidad hecha mujer. Podía parecer sólo una niña grande, pero debajo había otra mujer y otra y otra, como pequeños mundos anidados pero conectados entre sí. ¿Me entiende?
No.
Le explico mejor. Cualquier papanata sabe -o dice- que una mujer puede contener un mundo en su interior. Eso es cierto, pero Olga era otra cosa; ella contenía infinitos mundos y todos al mismo tiempo. Así, podía amar como niña, con ira de anciana y ansiedad de adolescente. Al rato estaba creando con obsesión de bordadora y energía de guerrillera. También se deprimía con profundidad de poetisa, desolación de viejita y esperanza de demente.
¿Se le conocieron parejas?
Todos lo intentamos, pero nadie pudo con ella. Era necesario ser muchos hombres al mismo tiempo y más aun: los adecuados para cada instante. Yo apenas puedo ser Alcoyana y por un rato.
Conocerla era algo así como desactivar una rosa explosiva. Al irla conociendo en intimidad creciente -al deshojarla- cada capa que se descubría ante nosotros era cada vez más interesante, más impactante, más deslumbrante; pero en algún momento no hacíamos lo apropiado y estallaba. Le explico; si en alguna oportunidad había llegado al cuarto pétalo, esto no servía de nada para un intento posterior. Con la misma secuencia de limitados Alcoyanas, seguramente no pasaba del primer pétalo, pues Olga ya era otra Olga: una nueva combinación de su infinitud y de mi modesto intento previo.
Alcoyana, ¿Esa mujer era como para perder la cabeza?
No menos de 6 o 7. Llegué a sacarle maíz de la boca al pigmeo de Melo para hacerle pochoclo en la tardecita. Todavía tengo el tatoo que ese desalmado plumífero me hizo en la espalda. Por cierto que esta obra es muy poco interesante, porque el ignorante sólo sabía dibujar la “Y” griega.
Me imagino que Olga era hermosa
Era linda, si, pero hasta ahí nomás, según los objetivos cánones estéticos balcarceños hegemónicos. Deslumbrantemente bella para los subjetos como yo.
¿Falleció jovén?
Según los muy objetivos cánones balcarceños no murió; pero en realidad si. Olga no pudo soportar todo su interior. Un tiempo fue una sola mujer, otro tiempo otra y finalmente decantó en una bella e interesante mujer; pero así como le digo: una sola mujer. Olga partió y antes nos presentó todo aquello que puede ser para finalmente mostrarnos que es imposible. Fue una crueldad pero sin ninguna intención.
¿Sabe Usted cómo encontrarla?
Invierto muchísimo trabajo en no saberlo. Mi tarea diaria es borrar todos los laberintos que me llevan a ella, romper todos los papelitos con su dirección, desoír todos los rumores.
Bueno Alcoyana, le agradezco mucho su charla.
Ha sido un gusto señorita ...
El gusto fue mío turquito, te voy a seguir extrañando toda la vida.
Enrike, 2010.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Alcoyana habla de mujeres
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